¿Ha llegado el momento de reformar tu cocina y se te está complicando un poco solicitar el presupuesto para llevar a cabo el proyecto? No te preocupes, pues con los siguientes consejos podrás calcular el costo total que representará tu reforma deseada y ajustarlo cómodamente a tus capacidades monetarias.
Calcula tu presupuesto inicial
En primer lugar, pregúntate cuánto quieres hacer. ¿Deseas echar algunas paredes abajo? ¿Cambiar todo el suelo? Quizás los muebles de tu cocina necesiten un cambio también. Con esto podrás definir en qué gastarás tu dinero. Esta pregunta conlleva, naturalmente, a otra: cuánto puedes gastar. Establece tus propios límites y procura trabajar en torno a ellos, asumiendo cada decisión de la forma más inteligente posible para hacer valer cada centavo.
Evalúa tu cocina
Antes de poner en marcha la reforma, deténte a observar tu cocina y qué puedes hacer en ella. Compañías de arquitectura como DYLCA ponen a tu disposición un equipo especializado para orientarte en los pasos previos a la reforma, con los cuales puedes hacerte una idea más clara sobre lo que se encuentra a tu alcance.
Establece las medidas
Lo más esencial es tomar medidas de toda la cocina, incluyendo los muebles que actualmente la conforman y las partes aledañas que, en caso de tirar alguna pared, formarían parte de la nueva. De esta manera podrás determinar cómo distribuir los cambios y cuánto se necesita para los mismos.
Estas medidas deberían abarcar: la distancia entre paredes, el área de los espacios que conformen la cocina, la altura de la cocina, la altura y área que ocupa el mobiliario y la distancia de los grifos y tomas de corriente con respecto a las paredes.
Planifica bien la reforma que deseas realizar
Una vez que conozcas el tamaño de cada elemento en tu cocina, es momento de que visualices, ya sea mediante planos o imaginación, la organización de los espacios, mobiliarios e instalaciones que incluye la reforma. Evita pasar cualquier posa por alto, ya que esto puede representar un desagradable cambio de planes en un punto futuro del proceso.
Primero: la estructura
Comencemos por la base, sin lo cual nada se puede hacer. Es primordial que poseas los planos de tu antigua cocina y los planos de lo que deseas hacer (no te preocupes si sabes poco o nada de planos: si posees la asesoría de arquitectos, ellos te ayudarán completamente en este paso). ¿Deseas tirar o erigir una pared? ¿Colocarás o quitarás alguna ventana? ¿Anexarás otra estancia? ¿Cambiarás toda la orientación de la pieza? Piensa en cada detalle de lo que ejecutarás, pues todo cambio implica agregar otro elemento a la carga del presupuesto.
Segundo: las instalaciones
Siempre que realices la modificación de la estructura general de tu pieza, inevitablemente se verán afectados el cableado y el sistema de tuberías, por lo que debes contemplarlos prioritariamente en la reforma que estás llevando a cabo.
Por otro lado, si tu proyecto amerita la redistribución total o parcial de las instalaciones de agua, electricidad o gas, es menester establecerlo en los nuevos planos.
Tercero: mobiliario y distribución
Eventualmente deberás trabajar en la organización del mobiliario. Hablar de muebles es hablar de una buena parte de los gastos que deberás hacer, por lo que, además de que la distribución de los mismos afecta directamente al acabado de la pieza, debes considerar adecuadamente qué clase de muebles colocarás.
Además, una decisión que puede ahorrarte un buen dinero es la fabricación de tus propios muebles, ya que comprar los materiales (dígase la madera) para hacerlos resulta significativamente más económico que comprar muebles ya fabricados.
Estudia los materiales
Los materiales son el quid de toda reforma; y saber cuánto es necesario y cuánto es exceso es fundamental para que el presupuesto no se escape de tus manos. Así que piensa bien en este aspecto mientras reformas tu cocina.
La calidad nunca es una mala inversión
En el mercado existe una gama de variedades y precios bastante amplia. No obstante, aunque la tentación de comprar los materiales más económicos sea bastante grande, considera esto por un momento: la calidad. No es poco común que productos de mala calidad provoquen fallas en los procesos de construcción; y estas fallas, a su vez, provocarán que debas utilizar más dinero del previsto para enmendarlas. Así, los materiales que vayas a adquirir para este proyecto deben ser, por lo menos, lo suficientemente buenos como para que el techo no se te venga encima. Al final del día serán una inversión que te salvará de problemas evitables.
Si desconoces cómo conseguir materiales de la calidad más adecuada para tu reforma, las empresas como DYLCA pueden ofrecerte una excelente asesoría en esto.
Establece la cantidad
¿Ya tienes en mente cuáles son los materiales que quieres? Entonces debes saber en qué cantidad comprarlos.
La mejor manera de determinar cuánto de cada material comprar es calcularlos por metro cuadrado de espacio. Por ejemplo, supongamos que para un metro cuadrado de suelo de cocina necesitas dieciséis baldosas y tu cocina posee un área de veinte metros cuadrados; con unos cálculos rápidos, podemos ver que necesitas trescientas veinte baldosas para cubrir el suelo de tu cocina.
No te preocupes si desconoces cuánto realmente necesitas para tu cocina: los expertos de DYLCA lo saben y te ayudarán a comprar los materiales necesarios.
Calcula tu presupuesto final
Una vez que hayas pensado en todos los detalles que te hemos mencionado, contactado a la compañía y previsto los gastos, es momento de determinar cuánto será el monto definitivo para tu reforma. ¿Se adapta la suma de los precios de los materiales, la mano de obra y algún fondo de reserva al presupuesto que habías establecido inicialmente? Si lo hace, ¡excelente! Tu reforma puede iniciar sin inconvenientes. En cambio, si no lo hace, quizás te interese considerar alguna de las siguientes opciones:
Consulta con la compañía. La familia DYLCA, por ejemplo, siempre estará dispuesta a guiarte de la manera más conveniente durante tu reforma. Si tu presupuesto no abarca tanto como deseas hacer, ellos podrán brindarte consejo sobre qué acciones cambiar o abandonar para que tu reforma no supere tu capital.
Adapta tu presupuesto. Quizás el excedente sea lo suficientemente pequeño como para plantearte cubrilo sin que esto represente un gasto bastante elevado.